Somos la Federación que acompaña el ministerio de sus asociados, brindándoles servicios y asesoría cuando lo requieran y soliciten.

Somos un instrumento creado para fomentar  la libre cooperación entre las iglesias y ministerios que la integran a lo largo y a lo ancho del país y el mundo.

Somos un Concilio donde se puede discutir ideas, impresiones, principios que atañen a la vida de las iglesias en relación a las necesidades de la sociedad y la cultura posmoderna de nuestro tiempo.

Somos una entidad representativa, ante las autoridades civiles y religiosas, que hace saber a través de su conducción las ideas del consenso de sus asociados, en defensa de los derechos de las leyes del Reino de Dios.
Somos los que estamos dispuestos a integrar una entidad que nos une, movilizados por la premisa que el Ministerio Cristiano se nutre de gente con disposición a ayudarse mutuamente, priorizando siempre la supremacía de Cristo y su obra, sobre los proyectos personales.

Somos gente que, a sabiendas que estamos peregrinando en la tierra con un rumbo fijo que desemboca en las Mansiones Eternas, transitamos este camino de servicio teniendo plena conciencia de la necesidad de la ayuda mutua para lograr esta meta.

A partir de la promulgación de la reforma del Código Civil, se ha producido una situación particular, especialmente interesante para las Iglesias locales, ya que al gestionarse el Registro de Cultos (antes conocido como “Fichero de Cultos”), la Iglesia pasa a ser Persona Jurídica, sin tener que recurrir a la IGJ (Inspección General de Justicia)

La AFIP ha aceptado esta realidad y otorga el CUIT a quienes tengan el mencionado Registro de Cultos.

O sea que, con solo el Registro en Cultos, ya pueden inscribirse en AFIP, tener el CUIT y, a partir de allí, tener las propiedades a nombre de la Iglesia, sin necesidad de IGJ; asimismo tener cuentas bancarias, lograr los beneficios de los entes nacionales y de prestación de servicios y tantas otras cuestiones más que generan beneficios.

Esto es un adelanto enorme que suple la ausencia de una renovación de la ley de Cultos, tan esquiva de promulgarse en el Congreso Nacional desde el retorno de la democracia en 1983.

Las congregaciones o grupos de ellas que deseen adherirse a la actividad de CeGAD,  deben estar inscriptas o haber iniciado al menos el trámite en el Registro de Cultos.